MAMAS julio 2009
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Problemas que quitan el sueño: roncar, golpearse la cabeza, sudar y otros

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Mensaje  kampanilla Jue Sep 30, 2010 12:30 am

¿Cuáles son los patrones de sueño normales para un niño pequeño?

La mayoría de los padres estarían de acuerdo en que el mejor patrón de sueño de los niños de corta edad es cuando duermen plácidamente. Pero tu hijo pequeño puede hacer otro tipo de cosas mientras duerme, algunas de las cuales pueden parecer extrañas, incluso alarmantes. La mayoría son perfectamente normales y no son motivo de preocupación, pero merece la pena estudiar algunas otras.


Roncar, ruidos extraños y respirar por la nariz

Si tu hijo pequeño ronca ocasionalmente, hace ruidos extraños o respira por la boca, lo más probable es que no sea motivo de preocupación, sobre todo si sus ronquidos tienen un ritmo regular. Además, muchos niños respiran por la boca cuando tienen la nariz tapada debido a un resfriado o alergias.

Si crees que el problema es que tiene la nariz tapada, usa un vaporizador o humidificador para que la respiración le resulte más cómoda. Si tiene alergia a las mascotas, no tengas mascotas en su alcoba para ver si mejoran sus síntomas.

Si tu bebé ronca, hace pausas en la respiración o parece esforzarse mucho en recuperar el aire, es posible que tenga un trastorno del sueño potencialmente serio, llamado apnea del sueño. La causa más común de la apnea del sueño en niños son amígdalas o adenoides hinchados (las glándulas que están en la garganta, por detrás de la nariz). Otros factores incluyen el sobrepeso y tener determinadas características faciales, como un mentón pequeño y labio leporino.

La apnea del sueño empeora entre los 3 y 6 años, cuando las amígdalas y los adenoides están más grandes en comparación con las vías respiratorias. Pero los niños más jóvenes también pueden padecer esta condición.

Debido a que la apnea interrumpe el sueño, es posible que adviertas que tu hijo tiende a tener sueño durante el día, cuando debería estar alerta. También es más probable que esté malhumorado e irritable y puede tener problemas de comportamiento.

Si crees que tu hijo pequeño tiene apnea del sueño, menciónaselo a su médico. Puede hacer un diagnóstico preciso y enviarte a un especialista como el otorrinolaringólogo o a un experto del sueño para evaluar su respiración.

Es posible que el especialista te sugiera extirpar las amígdalas o adenoides de tu hijo, una operación relativamente sencilla que podría resolver el problema.

Si lo que causa apnea del sueño en tu hijo es el sobrepeso, el medico te puede ayudar a modificar su dieta.


Sudar

Algunos niños sudan mucho durante la fase más profunda de su ciclo de sueño nocturno, y a menudo están empapados. Mientras que sudar ocasionalmente puede ser un síntoma de la apnea del sueño (ver más arriba), sudar por la noche no tiene por qué ser motivo de preocupación.

Sueño profundo es cuando tu hijo pequeño obtiene lo más beneficioso del sueño. Su cuerpo se está recuperando y preparando para un nuevo día, así que no te preocupes demasiado acerca del sudor. Asegúrate de que está cómodo. Ponlo a dormir en ropa de algodón ligera y mantén la alcoba a una temperatura más bien fresca.

Si tu hijo ronca o hace pausas en su respiración mientras duerme, y suda mucho, llévalo al médico para descartar la posibilidad de apnea del sueño.


Pausas en la respiración

Es posible que adviertas que el ritmo de respiración de tu bebé cambia durante el sueño. Posiblemente respire con más rapidez durante un rato y luego más lentamente, y que después contenga la respiración hasta 15 segundos antes de reanudar un ritmo normal.

Las pausas en la respiración combinadas con roncar y otros ruidos al respirar pueden ser síntoma de apnea del sueño (ver más arriba), pero en algunas ocasiones pueden ser perfectamente normales. Muchos niños suspiran en sueños, y puede parecer que han dejado de respirar durante un breve tiempo. Estos suspiros también son perfectamente normales.


Balancear el cuerpo y golpearse la cabeza

Balancear el cuerpo y golpearse la cabeza son comportamientos normales en los niños de entre 1 y 3 años de edad, que parecen encontrar los movimientos rítmicos calmantes e inductores del sueño. Es similar a la manera en que el niño puede chuparse el dedo o jugar con su cabello para poder dormirse.

Algunos niños pequeños pueden balancearse o golpearse la cabeza para distraerse del dolor de una infección de oído, por ejemplo. El comportamiento habitualmente comienza en el primer año y suele desaparecer a los 3 ó 4 años. Es posible que tu hijo pequeño se balancee a cuatro patas o que lo haga sentado, que se golpee la cabeza contra la cuna o ambas cosas.

Procura no darle mucha importancia a este comportamiento. Si tu hijo se da cuenta de que intentas detener el balanceo o el que se golpee contra la cuna, puede tomarlo como un reto y persistir en ello, o bien el que le prestes más atención puede fomentar ese comportamiento.

Si tu hijo se balancea haciendo ruido y con mucha energía, procura retirar la cuna o la cama de la pared. Asegúrate de apretar las tuercas y tornillos de la cuna o la cama con regularidad para que no se suelten. También puedes intentar poner el colchón en el piso si ya duerme en una cama para niños más grandes.

Un ritual nocturno como un baño caliente, un cuento mientras lo acunas o un ligero masaje en la espalda le pueden ayudar a calmarse sin necesidad de balancearse.

Si tu hijo comienza a balancearse o golpearse por primera vez después de los 18 meses de edad, o muestra comportamientos similares durante el día, o si su comportamiento dura más allá de los 4 años de edad, díselo a tu médico. Golpearse la cabeza puede estar asociado a trastornos del desarrollo como el autismo, pero es sólo uno de los muchos síntomas de esta condición.


Posiciones inusuales para dormir

Muchos niños pequeños se mueven mucho cuando duermen y cambian de posición muchas veces durante la noche. Algunos tienen una posición favorita para dormir en la que permanecen durante largos períodos, pero otros no paran de moverse.

Un niño pequeño puede preferir dormir de lado o con los brazos y piernas abiertas como una estrella de mar, mientras que a otro le gusta acurrucarse como una bolita. Los niños de entre 1 y 3 años duermen a veces apoyados sobre las manos y las rodillas, con las pompitas en el aire.

Hay un par de posiciones, sin embargo, que pueden indicar un problema. Si tu hijo duerme con la cabeza colgando por el lado de la cama o apoyándose sobre un muñeco de peluche, podría ser señal de apnea del sueño, según la experta del sueño Jodi Mindell (los niños con apnea del sueño hacen esto para mantener las vías respiratorias abiertas, ya que echar la cabeza hacia atrás o dormir en una posición más erguida les ayuda a evitar que se cierren).

Ya que la mayoría de las posiciones para dormir son inofensivas, deja tranquilo a tu hijo aunque a ti te parezca que puede estar incómodo. Pero si sospechas que puede tener apnea del sueño, empieza por decírselo a tu médico. Puede ayudarte a determinar si tu hijo necesita que lo evalúen y lo traten.


Rechinar los dientes

Hay muchos motivos por los que tu hijo pequeño puede rechinar los dientes, incluyendo tensión, ansiedad o dolor (por una infección de oído o la dentición, por ejemplo). Las alergias u oxiuros (lombrices) también pueden tener la culpa.
En la mayoría de los casos, el rechinar los dientes no es perjudicial y es posible que tu hijo se deshaga de ese hábito sin que tú tengas que hacer nada. Menciónaselo a su dentista, para que también pueda mirar si tiene problemas. También puedes procurar calmar a tu hijo a la hora de dormir con un baño templado, un masaje en la espalda y acunándolo en una silla mecedora.


Sonambulismo

Si tu hijo es sonámbulo, puede parecer que está despierto, pero no es así. Sus ojos estarán abiertos, pero no tendrá expresión. Es posible que se ponga de pie o incluso realice actividades como vestirse o jugar. Si habla, lo que diga no tendrá mucho sentido. Es posible que esté sonámbulo durante unos pocos minutos o durante más tiempo, incluso media hora o más.

El sonambulismo es más común en niños de entre 4 y 8 años. A menudo un niño estará sonámbulo si tiene ansiedad o si está muy cansado. No es peligroso despertar a un niño que está sonámbulo, pero si lo haces, estará muy confundido y lo mejor es que lo guíes suavemente hasta su cama.

Deberás tomar precauciones adicionales para salvaguardar a tu hijo sonámbulo, porque se puede hacer daño fácilmente caminando a oscuras. Asegúrate de que no podrá abrir puertas ni ventanas mientras anda sonámbulo, y protégelo de las escaleras. También procura tener el piso limpio de cosas con las que se pueda tropezar y, cuando lo acuestes, revisa la casa para asegurarte de que no hay peligro.

El sonambulismo no suele ser motivo de preocupación, pero si le sucede a menudo, menciónaselo al médico en la próxima visita. Asegúrate de que se acueste temprano, duerma lo suficiente y tenga un horario regular.


Pesadillas

La ansiedad y el estrés pueden causar pesadillas. A menudo ocurren en la última parte de la noche, durante el sueño REM (Rapid Eye Movement o movimiento rápido de ojos). Y se producen con más frecuencia en niños que en adultos. La fiebre, cierta medicación o la dificultad para dormir debido a un problema de respiración, por ejemplo, también pueden provocar pesadillas.

Las pesadillas son especialmente comunes en niños más mayores, sobre todo en los de edad preescolar. Los niños de esta edad tienen una gran imaginación y un mayor entendimiento de que pueden sufrir daño.

La pesadilla seguramente despierte a tu hijo y tendrá miedo o ansiedad. Lo más seguro es que recuerde el sueño y lo único que tienes que hacer es reconfortarlo lo mejor que puedas y procurar que se vuelva a dormir.

Si tiene pesadillas repetidamente, tendrás que descubrir qué tipo de estrés padece durante el día y hacer lo que sea necesario para reducirlo. Si te preocupan las pesadillas de tu hijo, habla con el pediatra.


Terrores nocturnos

Si tu hijo se sienta en la cama y parece aterrorizado, puede que tenga un terror nocturno. Es posible que grite y sude. Seguramente no recordará lo que ocurrió y será difícil despertarlo o consolarlo.

Al igual que las pesadillas, los terrores nocturnos pueden ser desencadenados por la fiebre, el cansancio y el estrés. A diferencia de las pesadillas, a menudo ocurren en el primer tercio de la noche durante el sueño profundo. Los terrores nocturnos son más comunes en los niños de 3 a 5 años, pero pueden ocurrir a cualquier edad. Y la mayoría de los niños dejan de tener terrores nocturnos alrededor de los 10 años de edad.

Puede resultarte difícil ver a tu hijo experimentar terrores nocturnos. Al igual que con el sonambulismo, es mejor no interferir. Según la experta en sueño Jodi Mindell, lo mejor es dejar que el terror nocturno siga su curso; si intentas reconfortar a tu hijo, es más probable que termine sintiéndose agitado y que el episodio dure más tiempo.

No dormir lo suficiente a menudo contribuye a los terrores nocturnos, así que asegúrate de que tu hijo se acuesta temprano y que duerme lo suficiente. Si tu hijo tiene terrores nocturnos con frecuencia, habla con el pediatra, quien te puede sugerir técnicas de reducción de estrés. En casos aislados puede ser necesario usar medicación.
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