MAMAS julio 2009
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El embarazo y la vista

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El embarazo y la vista Empty El embarazo y la vista

Mensaje  Diana Mar Jun 09, 2009 1:35 pm

Atenta a los cambios

Durante los meses de embarazo, tus ojos pueden sufrir variaciones. Te contamos en qué consisten y cuándo debes acudir al oftalmólogo.

Sumario

* Más dioptrías en caso de miopía
* ¿Podré llevar lentillas?
* En caso de diabetes o hipertensión
* Vista a un lado
* Signos de alarma

Más dioptrías en caso de miopía

El aumento de la miopía es uno de los trastornos visuales más típicos del embarazo. La razón la encontrarás, como en otros muchos cambios de esta etapa, en el baile hormonal al que está sometido tu cuerpo. Los estrógenos favorecen la retención de líquido y la hinchazón de algunos tejidos… y la córnea, la membrana transparente que recubre la parte externa del globo ocular, no se escapa de esta situación, algo que posiblemente notes en mayor medida a partir de la semana 31 de gestación. Pero tranquila, este incremento no superará las 1-2 dioptrías, y cuando termines el periodo de lactancia, la situación volverá a la normalidad.
Tu parto. Las pacientes con alta miopía –por encima de 5 dioptrías– suelen tener zonas de debilidad retiniana. Si éstas son extensas o la embarazada ya ha sufrido previamente desgarros retinianos o desprendimiento de retina, puede ser aconsejable realizar una cesárea, y evitar el parto por vía vaginal. Si tu ginecólogo se decide por el parto natural, intentará que no realices un gran esfuerzo durante los pujos y quizás recurra a la utilización de algún instrumento como los fórceps o las espátulas para acortar el periodo expulsivo.
Operación con láser. Si estabas pensando someterte a una operación quirúrgica con láser, éste no es un buen momento. Para que la intervención sea aconsejable es necesario que hayas pasado varios años sin registrar variaciones en tu graduación. Por tanto, hasta finalizada la lactancia no deberías empezar a plantearte esta opción.

¿Podré llevar lentillas?

Además de la córnea, la película lacrimal –formada por agua, moco y grasa, y encargada de la lubricación de la córnea– también puede verse afectada durante esta etapa y experimentar cambios en su composición. Ésta será la razón por la que podrían comenzar a molestarte las lentillas. Puedes intentar aliviar las molestias mediante la aplicación de lágrimas artificiales sin conservantes.
¿Lentillas en el parto? Si utilizas lentillas blandas o desechables, y tu parto va a ser vaginal, podrás entrar al paritorio con ellas puestas. Pero en caso de cesárea, tendrás que quitártelas. Si de antemano sabes que tu hijo vendrá al mundo por cesárea, deberás renunciar a las lentes de contacto y conformarte con las gafas graduadas. Podrás utilizarlas hasta que tu hijo nazca si te anestesian con analgesia epidural, pero más adelante, si te sedan, tendrás que prescindir de ellas.

En caso de diabetes o hipertensión

Si antes de quedarte embarazada sufrías diabetes, tu médico te habrá recomendado mayores controles de la vista, ya que durante el embarazo los trastornos asociados a esta patología pueden agravarse, y dar lugar a la retinopatía diabética con pérdida de visión, hemorragias retinianas y desprendimiento de retina. Pero si tu diabetes ha surgido durante la gestación, no debes alarmarte. Es difícil que esta intolerancia pasajera a la glucosa pueda originar tales problemas.
La preeclampsia o hipertensión asociada al embarazo es una patología que puede surgir durante estos meses y afectar a la visión, provocando la aparición de la llamada retinopatía hipertensiva. Consiste en el estrechamiento de las arterias de la retina junto con la aparición de hemorragias y exudados. Por tanto, si notas un deterioro brusco de la visión, aparición de manchas oscuras en el campo visual o doble imagen, acude rápidamente a tu oftalmólogo.

Vista a un lado

Es infrecuente, pero posible. La pérdida de vista lateral de ambos ojos puede surgir durante estos nueve meses, pero en especial al final del embarazo. El motivo hay que buscarlo en el crecimiento que experimenta la glándula hipofisiaria situada en el cerebro. Se está preparando para poder “dirigir” con éxito la secreción de leche materna una vez que tu hijo esté en el mundo. Como consecuencia de este aumento, comprime el quiasma óptico, estructura que se forma al cruzarse en el cráneo los nervios ópticos, encargados de llevar hasta el cerebro las imágenes que captan nuestros ojos. El problema terminará cuando después de dar a luz, la glándula recupere su tamaño habitual.

Signos de alarma

Ante la presencia de alguno de estos síntomas, no dudes en acudir urgentemente al oftalmólogo para que valore la situación:

* Si ves flashes o destellos de luz.

* En caso de que observes manchitas negras o sombras que aparecen en el mismo punto.

* Ante una pérdida de visión repentina o visión distorsionada.

* Si comienzas a ver doble.

Autora: Raquel Burgos
Fuente: http://www.guiadelnino.com/embarazo/la-salud-de-la-embarazada/el-embarazo-y-la-vista/(page)/2
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